La cocina actual es el centro de la vida doméstica. Más allá de su función culinaria, se ha convertido en un espacio social, de encuentro y diseño. La isla central representa esa nueva forma de habitar: une funcionalidad, circulación y estética.
Pero no todas las cocinas pueden —ni deben— incluir una isla. Su diseño exige análisis técnico, planificación de instalaciones y precisión en la ejecución.
En Ferlosa, concebimos cada proyecto desde el Interiorismo: un método que integra diseño, técnica y planificación para lograr espacios eficientes, bellos y viables.
Tipos de islas de cocina y su funcionalidad
Una isla bien diseñada responde a un propósito claro. Antes de decidir su forma o materiales, es esencial definir qué se va a hacer en ella.
Islas de preparación
Sirven como superficie de trabajo principal. Se recomienda dejar mínimo 60 cm libres por persona y prever enchufes empotrados o retráctiles en el sobre o los laterales. Su valor está en la comodidad y la ergonomía, no en la ornamentación.
Islas con zona de cocción
Integran la placa vitrocerámica o de inducción. Estas islas requieren una previsión de instalación eléctrica o de gas desde la fase de obra y una campana extractora de techo o integrada con salida o recirculación de aire. La ventilación es determinante para evitar condensaciones en falsos techos o iluminación.

Islas con fregadero
Su diseño debe prever la pendiente y recorrido de evacuación del agua, así como el aislamiento de humedad en el mueble inferior. Son prácticas en cocinas grandes, pero su instalación hidráulica debe definirse antes del solado o nivelación del pavimento.

Islas multifunción
Combinan cocción, fregadero y zona de barra. Para que resulten cómodas, se necesita una superficie mínima de 2,40 m de largo y 1,00 m de ancho, con espacio libre perimetral de 110 cm.
En Ferlosa, estudiamos las instalaciones desde los planos 2D y se coordinan en 3D para garantizar funcionalidad sin saturar el espacio.

Espacio mínimo y planificación del entorno
El error más habitual al incorporar una isla es no respetar los pasos. Una cocina funcional no depende de su tamaño, sino de su proporción y movilidad.
Medidas recomendadas:
- Distancia entre isla y mobiliario: mínimo 90 cm, ideal 110–120 cm.
- Altura estándar: 90 cm, aunque puede personalizarse según la ergonomía del usuario.
- Altura de barra: 105–110 cm, con voladizo de 25–30 cm para taburetes.
Antes de su ejecución, deben estar definidos:
- Puntos de agua, electricidad y ventilación.
- Revestimientos y materiales del pavimento.
- Zonas de tránsito y apertura de electrodomésticos.
En Ferlosa, cada isla se planifica desde la distribución inicial del proyecto, garantizando que las instalaciones acompañen al diseño y no lo condicionen.
Iluminación: técnica y atmósfera
La luz define la percepción del espacio y la sensación de confort.
- Luz directa: sobre la isla, mediante lámparas suspendidas o carriles técnicos, a 70–90 cm de la superficie.
- Temperatura de color: 4000 K, luz neutra que no altera los colores naturales.
- Luz indirecta o ambiental: integrada en techos o mobiliario, para equilibrar la calidez visual.
La isla no se ilumina como un punto independiente, sino como parte de una escena arquitectónica completa donde cada plano -techo, pared y encimera- contribuye a la coherencia visual.

Materiales: resistencia, estética y precisión
La elección de materiales en la isla define tanto la durabilidad como la lectura estética del conjunto.
Encimeras más recomendables:
- Dekton o porcelánico: alta resistencia al calor, cortes y manchas.
- Cuarzo técnico: superficie no porosa, fácil limpieza.
- Madera tratada: aporta calidez, ideal para zonas de barra o apoyo.
Revestimientos y frentes:
- Lacados mate o satinados, resistentes a la humedad.
- Tableros hidrófugos y canteados sellados para evitar deformaciones.
Cada decisión material debe ser técnicamente coherente con el uso. Los materiales no se eligen solo por su apariencia, sino por su comportamiento en obra y su mantenimiento a largo plazo.
Enchufes, tomas y pequeños detalles
Los enchufes integrados son un punto clave de funcionalidad:
- Torretas retráctiles en la encimera para pequeños electrodomésticos.
- Tomas laterales o bajo la barra, discretas pero accesibles.
- Previsión de carga USB para dispositivos.
Una instalación planificada desde el proyecto evita improvisaciones y asegura orden visual y seguridad eléctrica.
Técnica, diseño y planificación al servicio del confort
Una isla de cocina funcional no se define por su tamaño ni por la tendencia, sino por la precisión técnica y la coherencia espacial.
En Ferlosa, integramos todas las fases —desde el concepto hasta el plano técnico— para crear cocinas eficientes, equilibradas y con carácter propio. Nuestro método de Interiorismo Constructivo garantiza que el diseño no sea solo estético, sino viable, funcional y duradero.